El día amaneció gris, una bruma difuminaba la imagen. A lo lejos un coche
funerario hacía su entrada al tanatorio. Al bajar el féretro para entrarlo en
la sala de encuentro, le seguía un grupo de personas con lamentos y
grandes suspiros.
Una madre con entereza, pero con una expresión de sufrimiento reflejado en
su rostro, comienza a hablar a los allí presentes:
-Buenas días, gracias por estar aquí presentes en la despedida de mi hija.
Pilar era una niña buena, comprometida, fuerte, alegre... Pero poco a
poco le fue arrebatando esa alegría, la fue consumiendo, y quitándole todo lo
que era. Y digo le, porque fue él, su novio, quien lo hizo. No sé cómo no
pudimos darnos cuenta a tiempo... Solo tenía 17 años….
Antes de sufrir maltrato ella pensaba que eso era algo muy lejano, ya que
solo pasaba en las clases bajas, como consecuencia de sus ideas machista y
forma de entender la vida. Y además tenía el pensamiento de que la
violencia de género era algo evidente, visible y fácil de detectar. Ella y
nosotros no supimos ver las sutilezas que finalmente llevarían al peor de los
desenlaces. Quizás muchas personas de las que ahora estáis en esta sala pensáis
igual, pero sabéis, ni es tan difícil sufrirla ni tan fácil salir de
ella.
Pilar dejó una carta escrita antes de ser asesinada, porque
desgraciadamente, intuía cuál podría ser su destino en esta relación
sentimental. Hoy quiero compartir con vosotros/as sus palabras escritas en esta
carta, las cuales reflejaban su desconcierto y como ella lo vivía.
“Este amor me está ahogando poco a poco y sé que me acabará asfixiando,
quizás no sea amor, pero a estas alturas ya no lo sé. Me dice que me quiere,
que lo hace por mi bien, para que aprenda y sea realmente la mujer que tengo
que ser, obediente y discreta, tengo que estar solo para él.
Mamá, papá, siento haberme callado todo y no haber acudido antes a
vosotros, pero tengo miedo, será peor si habló con alguien.
A mis mejores amigas, siento no haberos hecho caso cuando me advertisteis
de que no era bueno para mí, que me estaba cambiando...
Pero yo sigo pensando que en el fondo me sigue queriendo. Solo que de vez
en cuando, pierde los papeles y me pega o me insulta. A veces me da un poco de
miedo, pero sé que él no es así, igual es que yo hago mal las cosas.
Quiero que todo vuelva a estar como antes, cuando acabábamos de empezar,
pero si no puede ser así, que sea lo que tenga que ser.
Adiós. Pilar.”
Con esta experiencia tan dura he podido ser consciente de que la violencia
de género está más cerca de nosotros/as de lo que pensamos. Mi hija no es la
única que la ha sufrido tan pronto, cada vez hay más adolescentes y jóvenes que
son sometidas a ella, por relaciones tóxicas.
Para ella ya es demasiado tarde, ojala no haya ninguna más que sufra esta
condena, esta muerte en vida o que en el peor de los casos termine en un
asesinato.
A mí, me arrebató a mi hija, la persona que yo más quería en el mundo y a
ella le arrebató su vida, su libertad y su alegría. Solo espero que ahora
vuelva a estar en calma, lejos de esa bestia.
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